Los médicos pueden tardar un tiempo en descubrir que un niño padece
cáncer. Esto se debe a los síntomas del cáncer (pérdida de peso, fiebre,
ganglios inflamados, estar muy cansado o enfermo durante un tiempo) se
parecen a los de otras enfermedades. Cuando un niño presenta estos
problemas, la causa suele ser menos grave, como una infección. Por medio
de análisis, el médico podrá descubrir cuál es el problema.
Si el médico sospecha que se trata de cáncer, podrá pedirte análisis
que lo ayudarán a determinar si ése es el problema. Los médicos pueden
pedir radiografías y análisis de sangre, y recomendar que un paciente
consulte a un oncólogo. Los oncólogos son médicos que atienden y tratan a
pacientes con cáncer.
Seguramente, los oncólogos realizarán otros
exámenes para detectar si una persona realmente padece cáncer. De ser
así, los exámenes permiten determinar el tipo de cáncer
y si éste ha
pasado a otras partes del cuerpo. Sobre la base de los resultados, el
médico decidirá cuál es la mejor manera de tratarlo.
Una de las pruebas que un oncólogo (o un cirujano) puede realizar es
una biopsia. Durante una biopsia, se toma un trozo de tejido de un tumor
o del lugar del cuerpo en el que se cree que hay cáncer, como la médula
ósea. No te preocupes, las personas que deben hacerse este examen
reciben fármacos especiales que los mantienen cómodos durante la
biopsia. Una vez que se toma la muestra, se la examina en un microscopio
en busca de células cancerosas. Cuanto antes se detecte el cáncer y
comience el tratamiento, mayores serán las probabilidades de cura y
recuperación total.
No hay comentarios:
Publicar un comentario